Pero, así tal y como se titula esta entrada , en mi vuelo de Frankfurt a Helsinki conocí una familia de finlandeses que se portaron extremadamente amables conmigo, todo el viaje se me hizo super ligero ( y si que es gran crédito porque ya había pasado 11 horas en un avión) porque estuve platicando con ellos de todo tipo de cosas, al final me dieron sus datos y me pidieron que los llamara cuando tuviera un numero de teléfono y salir en otras ocasiones.
Fue una experiencia que me dejó terriblemente emocionada y feliz de haber empezado con el pie derecho. En ese momento mi miedo se desvaneció y de repente me sentí completamente lista para explorar estas tierras donde la gente no es tan mala onda como dicen.
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